Howland Lock simplifica la exposición laríngea, lo que hace posible la intubación incluso en los casos más difíciles (mentón retraído, laringe anterior, dientes protuberantes, “cuello de toro”, fracturas faciales, disminución de la movilidad de la mandíbula, etc.). El apalancamiento incorporado evita que se haga palanca y reduce la posibilidad de que se rompan los dientes. Se adapta a todo tipo de mangos y hojas de laringoscopios convencionales.